Popol – Vuh
” Ahora me sumerjo en la alborada de tu Presencia “.
Cuanto se ve en la superficie y cuanto mas se puede descubrir en las raíces …
” Solamente había inmovilidad y silencio en la obscuridad, en la noche. Sólo el Creador y el Formador.
De esta manera existía el cielo y también el Corazón del Cielo. Llegó aquí entonces la palabra, vinieron juntos Tepeu y Gucumatz, en la obscuridad, en la noche, y hablaron entre sí . Hablaron, pues, consultando entre sí y meditando; se pusieron de acuerdo, juntaron sus palabras y su pensamiento.
Entonces se manifestó con claridad, mientras meditaban, que cuando amaneciera debía aparecer el hombre.
Dispusieron la creación y el nacimiento de la vida . Se dispuso así en las tinieblas y en la noche por el Corazón del Cielo.
Primero se formaron la tierra, las montañas y los valles; se dividieron las corrientes de agua, los arroyos se fueron corriendo libremente entre los cerros, y las aguas quedaron separadas cuando aparecieron las altas montañas.
Luego hicieron a los animales, los guardianes de todos los bosques, los genios de la montaña, los venados, los pájaros, leones, tigres, serpientes, guardianes de los bejucos.
— Hablad, gritad, gorjead, llamad, hablad cada uno según vuestra especie, según la variedad de cada uno — . Así les fue dicho a los venados, los pájaros, leones, tigres y serpientes.– Decid, pues, vuestros nombres, alabadnos a nosotros, vuestra madre, vuestro padre. ¡Invocad el Corazón del Cielo, el Corazón de la Tierra, el Creador, el Formador! — les dijeron.
En seguida les hablaron a aquellos adivinos, la abuela del día, la abuela del alba, que así eran llamados por el Creador y el Formador, y cuyos nombres eran Ixpiyacoc e Ixmucané.
Se juntaron, llegaron y celebraron consejo en la oscuridad y en la noche; luego buscaron y discutieron, y aquí reflexionaron y pensaron.
De esta manera salieron a luz claramente sus decisiones y encontraron y descubrieron lo que debía entrar en la carne del hombre. A continuación entraron en platicas acerca de la creación y la formación de nuestra primera madre y padre. De maíz amarillo y de maíz blanco se hizo su carne.
Fueron creados y formados por el Creador y el Formador. Y como tenian la apariencia de hombres y mujeres, hombres y mujeres fueron; hablaron, conversaron, vieron y oyeron, anduvieron; eran hombres y mujeres buenos y hermosos. Grande era su sabiduría; su vista llegaba hasta los bosques, las rocas, los lagos, los mares y las montañas.
Y enseguida acabaron de ver cuanto habia en el mundo. Luego dieron las gracias al Creador y al Formador:
– En verdad les damos las gracias! Hemos sido creados; hablamos, oímos, pensamos, andamos; sentimos perfectamente y conocemos lo que esta lejos y lo que esta cerca. Vemos lo grande y lo pequeño en el cielo y en la tierra. Les damos gracias, pues, por habernos creado, Oh Creador y Formador! por habernos dado el ser “.